Los Tejos del amor
Miraba al cielo preocupado porque los copos de nieve le impedían, cada vez mas, saber cuanto tiempo del día quedaba para completar su misión. Allí entre dos tejos milenarios, debía enterrar la piedra del nigromante para que en la estación que estaba por comenzar, la comunidad que ponía el centro de su vida en la armonía, pudiera estar protegida de los designios oscuros de aquellos que no querían que el amor reinara en el mundo. A lo lejos un sonido de cascos de caballos se acercaba. ¿Quién podría ser?. ¿Le perseguían aquellos cuyo propósito era detener lo inevitable?.
La Cúpula y el nucleo
Había una vez una gran ciudad, en la que los ciudadanos mas ancianos y sabios, vivía en el centro de la urbe, conocido como el Nucleo. Esta manera de estructurar la ciudad era una hermosa tradición, pues aquella sociedad se valoraba sobre todo la experiencia y los años vividos de los habitantes.
Un choque, una coincidencia, un destino
De alguna manera todos somos adictos a algo. Relacionamos la adicción con un número limitado de sustancias, sin embargo la pueden generar aquellos hábitos que nos quitan la angustia ante cambios o situaciones en las que no tenemos el control.
Esta es la historia de un adicto que no sabía que lo era. Esta es la historia de Pedro el controlador.
Las alas de la calle
» Si el mundo alguna vez consigue ser mejor, será por nosotros y con nosotros». José Saramago.