La mujer que se hizo visible

Se pasaba la vida escondiéndose cada vez que algo se le daba bien. Nunca acababa de culminar nada por ello. Tenía cierta constancia en dejar a medias proyectos en lo que podría tener éxito.

Ella lo achacaba a la mala suerte, a qué no tenía talento, o a que no trabajaba nunca lo suficiente para logar sus objetivos. Eran excusas. Su mente era una tela de araña que buscaba protegerla del fracaso. En realidad, lo que ocurría era todo lo contrario. Su entramado intelectual le alejaba del éxito.

Y proyecto tras proyecto, huida tras huida, se dio cuenta de que de alguna forma su manera de actuar le había hecho invisible para las personas. Los vecinos no la saludaban por las escaleras nunca. En las tiendas la atendían siempre la última. En el trabajo en el que estaba ( poco tenía que ver con los proyectos en los que podría sacar todo su talento) se colocaba en un papel de inferioridad con respecto a sus compañer@s. Su actitud era pusilánime y conciliadora, lo que hacía que no pocos colegas de trabajo, la faltarán el respeto de manera cruel. Y así pasó el tiempo, invisible al mundo, conformándose con una situación en la que hacía mucho tiempo había dejado de ser la persona que algún día soñó.
Lo peor es que se había vuelto insensible a su propio malestar. Ni siquiera se enfadaba. Era como si la vida anodina que llevaba cegara todas sus expectativas.
Sin embargo la vida sabia cómo es, la envío una señal. ¿Sería capaz de darse cuenta?.
Buenos días:
Mi nombre es Alicia y tengo cuarenta años. Llevo escribiendo novelas desde hace diez. La temática que más trato está relacionada con Novelas de Ciencia Ficción.
Creo que encaja bastante bien con su editorial por eso les ofrezco leer alguna de mis obras para que tomen una decisión al respecto.
Terminó de escribir el mail, apagó el ordenador y quedó pensativa. Le quedaban un par de horas para entrar a trabajar en la oficina picando datos. Como siempre se había desvelado, y como siempre se puso a hacer algo con tal de no experimentar el aburrimiento con el que despertaba cada mañana.
En aquel momento, sentada delante de la pantalla del ordenador, sonó un ruído extraño y la computadora se apagó oliendo a humo. «¡ Genial!. ¡Lo que me faltaba!. Se me estropea el ordenador con todas mis novelas dentro!!. ¡¡ Que mala suerte tengo». El ordenador tenía quince años. En todo ese tiempo ella nunca pensó en copiar sus obras a otros formatos. La mala suerte aquí tenía poco que ver. Al rato le llegó un mail al móvil. Era la editorial a la que había escrito, contestandole que estaban muy interesados en su obra. » ¡Precisamente hoy me tenía que pasar esto!». Volvió a lamentarse, sin cerciorarse que lo que estaba viviendo era un nuevo autoboicot.  Empezó a activarse de tal manera que sentía su respiración entrecortada. Y a continuación comenzó a pensar terribilizando la situación. Jamas viviría de la escritura, jamás sus novelas verían la luz, y jamás sería feliz, era lo mas suave que pudo pensar. Con el ordenador roto, ahora tenía una nueva excusa para no conseguir sus objetivos, así que escribió un mail a la editorial contandoles los sucedido. Creía que eso sería suficiente para no seguir interesandoles. Se equivocó.
Cuando la existencia nos reclama con fuerza en un lugar, da igual los obstaculos que nos pongamos, pues la vida nos acabará atrayendo donde nos quiere de forma inexorable. Anónimo.
A las pocas horas de responder al mail, recibió una llamada de móvil. Al otro lado del telefono una voz masculina preguntaba por Alicia. Era de la editorial. » A pesar de lo que te he pasado nos gustaría que vinieras por aquí y escribieras algo para conocer tu estilo. Trae el ordenador también. Quizás te podamos ayudar a salvar tus novelas». Escuchó atonita todo lo que le estaban diciendo. Se sentía como si tuviera un decimo de loteria premiado.
» ¿A que hora, y en que día te vendría bien conocernos?». » ¿Podría ser esta tarde a las 20.00 horas.?» Acertó a decir titubeante. «¡¡Claro!!. Esta tarde nos vemos. Un saludo».
Salió de casa para dirigirse al trabajo. Estaba ensimismada en sus pensamientos con respecto a la editorial. Llegó a su parada de metro, y levantandose de su asiento, salió por la puerta sin cerciorarse que había dejado el ordenador averiado en el asiento de al lado. Al llegar a su oficina se dió cuenta de lo que había ocurrido. «¡¡Dios mío no puede ser!!.  Está claro que mi vida nunca va a ser la escritura. Voy a llamar para cancelar la reunión de esta tarde». Antes de coger el movil, estaba recibiendo una llamada. Era la editorial. «Alicia ¿como estas?, oye que te parece si a tu reunión asiste otra persona para valorar tus posibilidades?». No sabía que contestar asi que contestó que si. Colgó y anodada olvidó el problema con el ordenador.
Las horas de trabajo pasaron volando, como si de un chasquido de dedos se tratara. Nuestra protagonista contaba los minutos para salir de la oficina y poder ir a la entrevista que había aumentado sus sueños.
Diez minutos antes de salir, recibió un wassap del director de la editorial. Cancelaba la entrevista al día siguiente porque al acompañante que iba ocupar mesa con ella, le había surgido una situación de ultima hora. «Ya sabía yo que esto era demasiado bueno. ¡Nunca voy a tener tanta suerte!». Pensó.
Aquella noche se fue a la cama derrotada, tanto que al día siguiente se despertó a la hora que le sonaba el despertador. En la oficina sintió que de nuevo el tiempo pasaba volando. A la hora de comer, recibió una llamada de móvil. La editorial otra vez. Esta vez el hombre le comunicaba que habían encontrado a alguien del perfil que estaban buscando y que ya no contaban con ella. Fue muy amable. Aún así a Alicia le dolió tanto que se encerró en los baños de su trabajo para llorar. Una vez salió a lavarse la cara para consolarse, se miró al espejo cerciorandose de que hacía mucho que no se prestaba atención. Hacía mucho que no se miraba con detenimiento.    Hacía mucho que no se veía. En su cara a parte de amargura se dibujaba una mueca de enfado. Estaba harta. Llena de rabia y de dolor comenzó a chillar frente al espejo » ¡¡Esta soy yo!!. ¡¡Esta soy yo!! «¡¡Esta soy yo!!. Montó tal escandalo que algunas compañeras fueron al excusado a comprobar lo que pasaba, y lo que pasaba es que Alicia había explotado. Salió del aseo en dirección al despacho de su jefe y subitamente se despidió. Ya pasaría otro día a por sus cosas. En realidad le daban igual. No le gustaba ese trabajo, ni lo que le hacía sentir. En su recorrido de vuelta al hogar compró en el supermercado y esta vez no dejó que nadie se le colara. Para terminar llegó a su casa saludando a cada uno de los vecinos, puerta por puerta para que la vieran.
Aquel día decidió que nunca más iba a ser una mujer invisible. Y aquella noche, después de mucho tiempo se fue a dormir feliz. Decidió despertarse a la hora que le pidiera el cuerpo, más una llamada de telefono interrumpió su sueño. » Alicia soy Jesus Ortiz. No se si me conocerás. Me gustaría presentarte a los directores de la editorial para la que trabajo. Encontré tu ordenador ayer en el metro y tras arreglarlo, no pude más que echarle un vistazo a los escritos que tienes. Eres una mujer muy talentosa. Después he encontrado un curriculum con tu numero de telefono y por eso te he llamado».  Nuestra protagonista no daba credito. No solo le estaba llamando el escritor con mas best seller de ciencia ficción de Europa, sino que además, le había arreglado el ordenador y le proponía trabajar para el grupo editorial mas importante del país. ¿Qué es lo que había pasado para que un giro del destino tan afortunado le hubier alcanzado a ella?. » Alicia tremendamente empoderada invitó a Jesus Ortiz a una comida reunión para perfilar lo que podía ser su futuro como escritora. Después llamó a anteriores editoriales en las que fue rechazada para contarles su situación y proponerles que la hicieran una mejor oferta. La guerra por ficharla no se hizo esperar, más leal y agradecida acabó colaborando con la empresa librera del gran escritor de ciencia ficción.
Alicia quisó volver a ser visible y recuperar la riendas de su vida. ¿Pero cuando las perdió?.
Treinta años antes
» ¿Se puede saber que tipo de redacción es esta Alicia?. Te pedí una sobre las vacaciones de Navidad, y me entregaste un cuentucho sobre el sol y la luna. Te pido ahora una sobre la excursión de ayer, y ¿me traes una narración sobre elfos y orcos?.  Castigada sin recreo. Y mañana me traes la redacción que te he pedido.
Si. Profe. Mañana te la traigo.»
Muchas veces no nos damos cuenta del daño que hacen nuestras palabras pues pueden hechizar a las personas durante un tiempo. Más los corazones valientes y fuertes se liberan con todos su poder de esa magia negativa mostrando al mundo quienes son. Que nadie nos diga que no podemos conseguir un sueño.

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