Les miro a todos a los ojos y les digo que este va a ser el último Cross del distrito Ciudad Lineal que corren con el colegio. Después les insisto en que disfruten de la gran fiesta que es esta carrera, y que pase lo que pase vamos a estar orgullosos de ellos.

» Sí pasa cualquier cosa yo estoy en el circuito pendiente de vosotros» añado. Busco tranquilizarlos. En el cajón de salida los participantes suelen tener muchos nervios y las pulsaciones muy altas.
Elijo a los ocho primeros y antes de que nos llamen, hacemos un nuevo corro para lanzar el grito con el que Luis Aragonés nos hizo campeones de Europa. ¡¡Ganar, ganar y ganar!!.
Me despido de ellos. A algunos les guiño un ojo o les sonrío para calmarles. Se les ve dispuestos. Tremendamente concentrados. Tengo buenas sensaciones.
Pistoletazo de salida. Pronto Santiago se pone en cabeza. Ha salido como un potro desbocado demostrando su fuerza. Sí sigue así, reventará a mitad de camino. Se lo hago llegar. No me hace caso. Mientras, busco con la mirada a Alejandro. Quedó segundo el año pasado. Va colocado entre los quince primeros. Lleva una zancada elegante y cómoda que trasmite suficiencia. Tiene pinta de que este año también lo va hacer muy bien.
Mitad de recorrido. Santiago se ha derrengado. Ha sido muy valiente, pero poco prudente. Por otro lado Alejandro ya está primero y Miguel viene por detrás con fuerza. ¡¡Los dos gobiernan la carrera!!. A pocos metros veo a Dylan que se acerca. ¡¡Se coloca tercero!!. Les sonrío y les ánimo. Ni el guión de una película americana es tan perfecto!!.
Último tramo de carrera. ¡¡Alejandro y Miguel se disputan la victoria!!. Por detrás Dylan cede el tercer puesto en la recta final. ¡¡Alejandro gana, Miguel es segundo y Dylan cuarto!!. Los profes y compañeros de clase les animamos en el último esfuerzo celebrándolo casi más que el gol de Iniesta. Tengo la suerte de recibirlos en meta. Me abrazo con ellos. Animo a Dylan. Quizás no lo sepa pero mis dos mejores puestos en una carrera han sido cuarto. Dicen que es la peor de las posiciones, pero ser cuarto implica haber luchado por ganar.
Lo admito me han emocionado. Incluso ha habido un momento que viéndolos entrar se me han saltado las lágrimas, por su coraje y fe. Me doy cuenta que con los años me he ablandado un poco. Lo más bonito de todo, ha venido después. En la línea de meta les voy comunicando lo que han hecho Alejandro, Miguel y Dylan al resto de compañeros que van llegando. Los gestos de cansancio dan paso a los de alegría. Alguna palabra tipo » vamooooos» o «siiiii» alegran mis oídos. Soy consciente de que ellos también se sienten ganadores. De alguna manera los tres nos han subido a todos al podio. Gracias