Ya no había marcha atrás. Estaba decidido a encontrarme con la propia esencia. Era tan consciente de que mi vida había sido una sucesión de egos de supervivencia que ya no podía soportarlo más. Ni mi cuerpo, ni mi propia coherencia interna me lo permitían ahora. Así que decidí adentrarme en las profundidades del ser para descubrirme.





